¿Alguna vez te has preguntado cuántos productos nuevos son creados cada día? Entro a mi buscador de internet y empiezo a escribir lo que quiero encontrar, las respuestas son infinitas como las posibilidades que tengo de encontrar un nuevo producto que supere al que estoy buscando. Se siente como cuando estas detrás de un aparador y observas cómo es el producto, te imaginas usándolo y viviendo con tu nuevo producto, te sientes en una realidad en la que sólo ese producto es el protagonista y el causante de tu emoción. La tecnología cada día nos alcanza y hasta nos enamora. Existen más de 500 copias como lo es Alexa, sólo que todas esas copias hacen algo totalmente distinto, y te dan ganas de tener a más de 500 aparatos conectados para que tu casa funcione inteligentemente y no te quedes atrás. Cada día que pasa, mi computadora me muestra nuevos productos, mientras bajo las páginas más novedades me encuentro y me pregunto si la innovación tiene un grado de caducidad, un grado de capital
Se dice que la imagen de Jesús o Dios es la misma. Un hombre blanco con pelo castaño, ojos claros, de complexión atlética y un tanto occidental. Cuando tenía 11 años, emprendí un viaje a China por un año con mis padres. Pensaba que todo iba a ser como las películas que solemos ver, que habrían carretas con arroz, que tendría que dormir a la altura del piso y que tendría que vestirme con ropa asiática. Recuerdo el día exacto en el que llegué a China y mi mente se expandió, todo era más grande que lo que yo había visto en México, la modernidad que conocí a partir de ese viaje marcó y cambio todo tipo de experiencia que estaba a punto de vivir. Existen al rededor de 100 centros comerciales en Beijing, la capital de China, y en esos 100 centros comerciales, se venden todos los artículos que te puedas imaginar. la meca de las innovaciones y creaciones, algunas mejoradas, otras siendo copias de la original y también sus productos patentes. Iba caminando en los pasillos del centro comercia